domingo, 1 de marzo de 2009


Siento como se escurre todo entre mis manos
y el tiempo se lleva los restos del pasado que todavía añoro.

Una segunda adolescencia que se va llevándose consigo las migas de una pasión que ya no es.
Siento que tengo que acomodarme a este tiempo,
pero no encuentro quien me señale el lugar donde mejor pueda cobijarme.

Entonces me convierto en un paria sin rumbo, llevando en mi bolsa una cantidad de fantasías inexistentes

Y se van mis días... caminando sin sentido mientras todavía decido qué es lo que tengo que decidir.

Allí es donde me atrapan de vez en cuando y me desnudan, me golpean y luego me dejan seguir un rato más...

Van doblegando mi voluntad, hasta agotarla y dejarla desfallecer.

Entonces me dejo llevar por la brisa y la ola, esperando que me dejen a salvo, a buen puerto.

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